jueves, 9 de mayo de 2013

Más Cosas de las que Quisiera.

Si de uno dependiera, el tiempo sería aprovechado en su totalidad, y no se perdería energía.
Al leer un libro, no habría ruido que nos desconcentrara.
Al viajar, no habría motivo de parar.
Pero obviamente, el destino está decidido a destruir nuestras esperanzas en un orgasmo de odios y rabietas que se alternan consecutivamente para que, al mismo tiempo, disfrutemos de maravillosas demostraciones de gracia divina (un beso, una voz amigable, un perro cariñoso...).
Es por eso, que uno trata de apostar a vivir con más cosas que las que quisiera para que, al hacerlas, salgan mas buenas que malas.
Pero, mis viejos viajeros, la estadística es una graciosa ciencia exácta, y cuando uno tiene la mitad de las posibilidades de lograr algo, y repite esa acción, asombrosamente el destino se vuelve justo y muestra cumplir la regla de sus proporciones y porcentajes, y los cumple. Asi, si lanzamos 100 veces una moneda, la moneda cae 50 (+- 5) veces cara y 50 (+- 5) veces cruz.
El destino se vuelve decididamente cabrón cuando, tras caer la moneda, te recuerda que no tenés idea de qué lado es cara y cuál es cruz.
Por eso, y un poco para el destino y otro poco para el Último Destino del hombre, va volando dedicado este poema (que es hijo de que el 50% de las veces que voy a trabajar, escribo).
Esto también es para Yamil Rojas (para avergonzarte, profe) y para Magui Arévalo (aunque nunca comente).
Lo dejo, entonces, a su buen cuidado y prudente trato.
Bon Apetit.

Mas Cosas que las que Quisiera.

Recuerdo mil anécdotas imprudentes
El contexto, lejos de ayudar, condena.
Quizás, si las flores no me vieran.
Quizás, si yo no corriera.

Vivimos 100 vidas.
Todas mas o menos largas
Los miedos siempre cambian
Pero los enfrentamos igual

El hierro es suyo
La sangre es nuestra.
El valor lo llevan
El dolor lo regalamos.

Hacemos un collage de ilusiones
Borramos las ideas del pasado
Rompemos el olor de azar de sus alientos
Una gelatina negra y podrida
Quemadura de la vida.

Grotesco.
Maldito el día, perversa la noche
Las almas ocultas en los monolitos de piedra
Las ciudades no se sostienen solas

Contrastarás, cadáver
Lo que comes con tus padres
Vivirás, aborto
Perdido en un valle gris de cenizas
Respirarás el fuego, ciego

Las sogas se retuercen sobre el cuello
Y la caída separa las vértebras
Hierro entre las costillas,
Con un infierno demasiado íntimo
Con secretos para confesar

Hecho de menos a tus perros
Sus aullidos me decían cuan sano estaba
Ya no tengo tu enfermedad
Ya no curo nada
Deseo matarte para que vivamos juntos

Quedan cosas por hablar
Pero yo me he vuelto mudo
Tener voz en este mundo
Es la mayor responsabilidad

La labor se perdió
No segaremos este campo
Ya no tenemos manos
Se nos cuartean los cerebros
Ahora que no hay corazón

El núcleo se corrompió
Las raíces siguen con brasas bajo la tierra
Los ancestros fueron asesinos
La historia ahogada en sangre.

Pero las estrellas titilan arriba
Como velando por sus pupilos supervivientes
Enterradas en la negrura mas pura
Que corrompen las nubes grises.

Y la tierra enconvulsión constante
Tirita humanidad
Va viviendo, que vivir es morirse
El final no encierra misterios.

Pero cuando los artificios perdidos
Lleguen a juntarse,
Será temprano para la hora
Y quedarán olvidados
En la infinita memoria
Es tan malo
Llegar tarde que temprano.

Las últimas palabras que dirán estos dedos.
No serán sin duda
Ningún "te amo" tonto
Ni frase violada, ni punto corrupto
Esa es la mentira de la vida
La iluminación final
La unica verdad
Es ser vivo, y en la vida
Vivir sin miedo.
Es ya no ser, y en los sueños
Ser perfecto.
Es la condena
Del poeta.


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