viernes, 27 de septiembre de 2013

Caminante Solitario.

Se dice que Woden, Wotan, Odan o, mejor conocido como Odín, Padre de Todos, disfrazaba su gloria de Aesir para caminar entre mortales. Se lo veía como un viejo sabio que caminaba por el mundo, sólo y en silencio, prestándole atención a todos y cada uno de los pequeños milagros del mundo que no califican de milagros.
Así, Wotan muchas veces presenciaba las escenas mas íntimas del mundo. Los padres que lagrimeaban por orgullo de sus hijos, los tormentos de las enfermedades, los días de lluvia que producen inundaciones, y los jóvenes llenos de esperanza que, bajo la misma lluvia, se encuentran para fundirse en un abrazo.
Wotan sabía aquello que nosotros no somos capaces de apreciar, o que olvidamos que podemos apreciar. Wotan lo sabía todo, y aún bajaba de la comodidad del Valhall sólo para ser testigo de lo que sabía que sucedería.
Caminar, ver. Respirar y ser consiente de ello. Esa es una sabiduría que no se puede encontrar ni meditando ni en contemplación. Esa es la sabiduría, la verdad. Y las letras, son la verdad de hoy. Bon Apetit.

Caminante Callado.

¿Dónde va el viejo, que pasa tan rápido?
Quizás tiene la prisa de no tener destino
Porque será, su destino es el ahora
Que esta marcado en roca hace un milenio

Quizás el terreno parezca infranqueable
Quizás encuentre algún día un compañero
Caminarán mil años juntos
Pero no podrá mantenerle el paso

Quizás busque lo que hay mas allá del horizonte
Quizás abandone este mundo a fuerza de caminar
Quizás la fuerza le falle al próximo paso
O su único ojo se quede ciego con un viento

Su callado lo ayuda a caminar
Su manta cuelga como las alas de un cuervo
Sus botas avanzan sin hollar la nieve
Lleva la barba atada y lanza en ristre

El viento con su silbido canta a su paso
Mira todo cuanto puede, con el ojo solitario
Las manos curtidas, los mantos manchados
Llevaba el viejo el equipaje del que pronto partirá
Y una sonrisilla cansada

Al pasar, murmuraban los hombres
Y él sabía cada palabra que decían
Pero su voz como cuerno de caza no se alzó
Algo de reprensión había en su silencio

Su paso dejó atrás pueblos y ciudades
Pero con tiempo dejó atrás historias enteras
Reinos se alzaron y cayeron cuatro veces
Y el viejo caminó, siempre sólo
Siempre en silencio

Los últimos que lo vieron eran ya polvo
Los que lo recordaban eran veinte veces nietos
Cuando el viejo paró a escuchar
Los llantos que llegaban a risotadas con el viento

Con los besos de los amantes
Habían pueblos que sufrían tormentos
Culpaban a los dioses de lo que hacían los hombres
Y él siguió camino

Puso el viejo voz en todos los que tenían el valor de hablar
Tuvo el viejo en bien dar su lanza al indefenso
Su ojo al ciego, su manto al congelado
Le dió sabiduría a sus hijos
Tal era el amor del Padre de Todos

Le dió una mano al manco, su aliento al muerto
Un pie al rengo, un corazón al perverso
Le dió todo a sus hijos, y con cada paso
Entregaba algo nuevo
Hasta que desmembrado por amor
El viento lo llevo donde anidan el sueño del Uno.