lunes, 6 de agosto de 2012

El Querer.

Vuelvo al blog desde un abismo casi vacío de inspiración que está despertando su chispa de Planeswalker, y se alza denuevo en arte con timidez. Veamos que trae el viento de Anarkon.

Yo miré al cielo, en la soledad infinita de la multitud que acudía cabizbaja a seguir cumpliendo su misión. Y soñé despierto.
Y soñé decirle a un amor desconocido que ocupaba mi flanco en la caminata todo lo que quiero:
Que quiero que todos los días soleados sean de los niños.
Que quiero que todos los besos sean correspondidos.
Que quiero una poetiza de ojos verdes que me aplaste con sus labios.
Que quiero que cada día lluvioso nos deje acostarnos con nuestro amor todo el día.
Que las mañanas quieran amanecer iluminadas de sonrisas y con las ventanas floridas.
Que los ojos brillen denuevo.
Y mientras me diluía en caricias mentirosas y llantos mentales rezaba por que la próxima primavera críe los retoños de la esperanza y me deje un beso en la frente, y un recuerdo y una alegría.
Y mi amor se deshizo en ensoñaciones y frente a mi el claustro del deber nació parido por la tarde tras abrir sus piernas.
Besé mi sueño y mi querer entibió el frío de la mentirosa multitud.

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